Fotograma de The Marriage.-
El cineasta estrenará en Venecia 'The marriage', un documental inspirado en 'Las bodas de Caná' de Veronese
ROBERTA BOSCO - Barcelona - 31/08/2009
"Me fascina el arte barroco, porque sus grandes intérpretes, Caravaggio, Velázquez, Rubens y Rembrandt, fueron los primeros, que simultáneamente y desde distintos países, empezaron a experimentar con la representación del mundo bajo la luz artificial y la luz artificial es la principal herramienta del cineasta". Así habla Peter Greenaway de sus dos pasiones: el cine y la pintura. El cineasta acaba de terminar The marriage, que se estrenará el próximo 11 de septiembre en la sección Horizontes, de la Mostra de Venecia.
La provocadora obra es un atípico documental de 40 minutos que mezcla datos históricos y transgresoras fantasías. La historia, que se desarrolla en la Venecia del siglo XVI, cuenta cómo Pietro Aretino, poeta e intelectual conocido por sus obras declaradamente pornográficas, retó a su amigo el pintor Paolo Veronese a pintar las bodas de Cristo con María Magdalena. Dispuesto a desafío, Veronese empezó la obra. Sin embargo, cuando un grupo de cardenales contrarreformistas encarcelaron, torturaron y condenaron a Aretino por inmoralidad, Veronese se vio obligado a convertir las sacrílegas nupcias de Cristo en las fastuosas Bodas de Caná, que actualmente se expone en el Louvre, justo delante de La Gioconda.
"Hay parte de fantasía, pero también mucha historia. San Juan describe con detalles el matrimonio de Cristo. La amistad entre Pietro Aretino y los artistas de su época, incluido Veronese, está ampliamente documentada. También es histórica la represión que sufrieron los artistas a raíz del Concilio de Trento", indica Greenaway. Para explicar todo esto, el cineasta no utiliza actores, sólo sus voces, acopladas a fragmentos de pinturas, principalmente de Las bodas de Caná y otras obras de Veronese, pero también de los otros artistas que aparecen retratados en la célebre tela: Tintoretto, Ticiano y Bassano.
"Yo estudié para ser pintor y sólo por una serie de accidentes me convertí en cineasta. Durante toda mi vida he intentado trasladar la pintura a las películas, persiguiendo un diálogo entre estos dos lenguajes. Es increíble lo reducido que es el vocabulario de la imagen en comparación al del texto y el del cine en relación a la pintura. El arte occidental tiene 8.000 años de historia y el cine sólo 114 miserables años... no hay comparación", asegura el cineasta desde su estudio de Ámsterdam, donde ha ultimado el montaje de The marriage. Le ayudan dos estudiantes de cine españoles, becados por la Sociedad Conmemoraciones Culturales de Castilla-La Mancha, que colabora en la producción, así como el Festival de Música Religiosa de Cuenca, que acogerá el estreno español de la película.
The marriage está vinculado a Nine classic paintings, una serie de instalaciones multimedia en las que el artista da vida a nueve obras maestras de la historia del arte. Hasta ahora Greenaway ha "activado" las instalaciones de la Ronda de noche, de Rembrandt; La última cena, de Leonardo, y Las bodas de Caná, de Veronese, que se inauguraron el pasado junio en Venecia, en el cenáculo de la isla de San Giorgio, emplazamiento original de la pintura, posteriormente sustraída por Napoleón y que ha sido reemplazada con una extraordinaria versión facsímil realizada por el estudio Factum Arte de Madrid.
"La intención de este proyecto es reconsiderar la pintura en términos cinematográficos, trabajando sobre el claroscuro, reordenando la paleta de colores, explorando la perspectiva y el espacio y creando nociones de movimiento. Queremos continuar con Velázquez, Picasso, Seurat, Monet, Pollock y Miguel Ángel, pero hay mucha resistencia desde el ámbito académico, los historiadores del arte suelen oponerse al uso de nuevos vocabularios", lamenta el cineasta.
"El trabajo de Greenaway funciona como el juego del dominó", apunta Franco Laera, director de Change Performing Arts de Milán, productora de todas las obras de Greenaway desde que empezó a trabajar con nuevas tecnologías. "Cada obra tiene una parte en común y otra totalmente extraña a la anterior. A partir de la instalación de la Ronda de noche, de Rembrandt, hicimos un documental de arte, J'accuse, y una película de ficción, Nightwatching. En el caso de Las bodas de Caná, después de este documental, haremos una ópera lírica".
No hay comentarios:
Publicar un comentario