Salutación tercera.
Riámonos de la petulancia de The times:
¡CARCAJADA!
Lo mismo va para los críticos amordazados,
Tendrán su recompensa cuando los gusanos serpenteen en sus órganos vitales;
Estos son los que pusieron trabas a lo nuevo,
He aquí sus lápidas.
Apoyaron la mordaza y la argolla:
Una pequeña CAJA NEGRA los alberga.
Y a ti también te pasará,
Pequeño obstruccionista con vientre de furcia,
Enemigo jurado de la libre expresión y las buenas letras,
Eres un hongo, una continua gangrena.
Vamos, empecemos con las nuevas reglas,
Acabemos de una vez con el celestinaje y los chanchullos,
Escupamos a quienes dan palmaditas a los barrigones en busca de provecho,
Salgamos un poco al aire libre.
¿O tal vez me voy a morir con treinta años?
Tal vez tendréis el placer de profanar mi tumba de pobre;
Espero que os divirtáis, os prometo toda mi colaboración.
Ya hace mucho que tenéis la costumbre
De quitar de en medio a los buenos escritores,
O bien los volvéis locos o bien guiñáis cuando se suicidan,
O bien les perdonáis sus drogas
y habláis de locura y de genio,
pero yo no me voy a volver loco para contentaros,
no os voy a favorecer con una muerte temprana,
oh, no, voy a aguantar el tipo,
sentiré vuestro odio serpenteando mis pies
como un agradable cosquilleo,
digno de ser mirado con burla,
aunque la sospecha mueva a muchos,
y teman decir que os odian,
¿a qué saben mis botas?
Aquí tenéis el sabor de mis botas,
Acariciadlas,
Lamed el betún.
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